tag:blogger.com,1999:blog-5831759505005425472023-11-16T13:16:20.319-03:00Regalo cajasHace veinte días me bajé del cole. Hace nueve días mi mudanza bajó del camión. La casa desordenada, las cajas dando vueltas. Lo demás, les voy contando. Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/00074879788208147139noreply@blogger.comBlogger39125tag:blogger.com,1999:blog-583175950500542547.post-8461234592457943292017-03-10T14:31:00.002-03:002017-03-10T14:37:23.728-03:00PETRONA TRIPAILAF<div lang="en-US" style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2xIj5vciCR4EB9G_ParWO8HTaJbFbDrfguUG-NnfjxN8VNkaPMDqaqqPhnxEzAp62v2oANrJ5v7jYrmmf6zg1YE6sj3atkW2Z2E2rUgsRaTRInkael-mzZWtVkbnLxlzzR91V5frnw8dv/s1600/window-272840_1920.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2xIj5vciCR4EB9G_ParWO8HTaJbFbDrfguUG-NnfjxN8VNkaPMDqaqqPhnxEzAp62v2oANrJ5v7jYrmmf6zg1YE6sj3atkW2Z2E2rUgsRaTRInkael-mzZWtVkbnLxlzzR91V5frnw8dv/s320/window-272840_1920.jpg" width="212" /></a>Son las
once cero tres, y en Cerro Cóndor el último despistado se acercó a la radio.
LU20 es lo única voz que se escucha por estas horas. Lleva nueve días el mes de
marzo, y este año que se promete de cambios, sigue igual de ligero. Todos
esperan que aquel que está del otro lado, diga algo de quien más esperan. </div>
<div lang="en-US" style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div lang="en-US" style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Hubo
noticias para Dos Lagunas, Los Altares, Gobernador Costa y hasta para Colicheo,
pero parece que no hay novedades para Cerro Cóndor. Las viejas de la manzana se
lamentan, porque no habrá tema para el mate de la tarde. Los hombres del campo
resignan un día más de espera de lo necesario para el trabajo. Pero justo antes
de terminar, el locutor menciona: </div>
<div lang="en-US" style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div lang="en-US" style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin-left: .375in; margin: 0in;">
Para Petrona Tripailaf, </div>
<div lang="en-US" style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin-left: .375in; margin: 0in;">
su cuñada le hace saber que mañana jueves va Antonio a buscarla. </div>
<div lang="en-US" style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin-left: .375in; margin: 0in;">
Le ruega que esté preparada. </div>
<div lang="en-US" style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin-left: .375in; margin: 0in;">
<br /></div>
<div lang="en-US" style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
"La
Petrona! Y el Antonio?" Las viejas se regodean relamiéndose los bigotes.
"Uste´ la viera!" se le escapó en el mercado a doña Cracia frente al
almacenero. Ruborizada se comió los gestos, y recordó que Antonio es amigo del
dueño. En la bolsa amontonó el pan con la carne, rogando que no se quiebre
ningún huevo, y luego apresurada corrió para borrar la incómoda situación.
"Vieja alcahueta" masticó el Alberto, e hizo pasar a la caja a la que
siempre pide fiado. </div>
<div lang="en-US" style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div lang="en-US" style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Ya en la
calle, Cracia acelerada y elucubrante, se estroló contra un postigo. Fue tanto
el ruidaje de las maderas ya añejas, que doña Aurora, siempre propensa a la
ventana, se asomó con premura para retar a los niños atolondrados. Se tragó las
palabras cuando vió que Cracia, la esposa del hacendado, era la afortunada que
aún conservaba el equilibrio. Las pantuflas sonaron en la escalera de la
puerta principal y rápido se echó al piso a juntar con Cracia el pan
desparramado, la carne chorreante y los vestigios de los escasos 6 que ahora
eran 3 huevos. </div>
<div lang="en-US" style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div lang="en-US" style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
"Uste´escuchó?"
con sorna dijo Aurora. "La Petrona y el Antonio" guiñando a medias un
ojo medio tuerto. Pero Cracia no volvía en sí, y sin querer aplastó otro huevo.
La clara y la yema, y Yema la tía de Antonio, que le decía: "ese
siempre cae parado". Recobrando la postura y acomodando el vestido
sentenció: "ya le había dicho yo, pero uste´ no me creyó". </div>
<div lang="en-US" style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div lang="en-US" style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Siguió el
paso, y Aurora se encerró para discar la nueva noticia a las chicas del té de
los jueves. Estamos a martes y falta mucho para guardar la novedad. Pasó Cracia
por la puerta de la familia Tripailaf y escucho el canto y la algarabía del
lugar. Persignándose por la falta de decoro, continuó con recelo su
caminar. </div>
<div lang="en-US" style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<span style="font-family: calibri; font-size: 11pt;">Un
vestido nuevo, para ir a la ciudad. Unos zapatos limpios, para caminar sin
parar. Un pañuelo en el pelo, para que no falte el misterio de quien acaba de
llegar. Antonio ha prometido llevarla a la ciudad, a recorrer las calles, comer
en una esquina y hasta quizás comprar en alguna tienda de verdad. </span><br />
<span style="font-family: calibri; font-size: 11pt;"><br /></span>
<span style="font-family: calibri; font-size: 11pt;">A Petrona le
sobran años pero le faltan prejuicios. Desembarazada de los años mozos y sus
pudores, ha abierto el ventanal principal y ha dejado que su sonrisa dé qué
hablar. </span>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/00074879788208147139noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-583175950500542547.post-78174551695601178312017-02-02T20:04:00.001-03:002017-02-02T20:06:21.448-03:00EL RARO PUEBLO DE COMÚN<div lang="en-US" style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
En el
raro poblado de "Común", la gente normal a las seis compra pan. Tienen
la sana costumbre de esperar a que el pan fresco se reseque un poco. Imaginen
que si uno comprara el pan de la mañana tendría que tostarlo para que quede
como el de las 6, corriendo siempre el riego de que se termine pasando. Ha
dicho también el dotor´ del pueblo, a quien todos respetan, que 12 horas
después de horneado el pan puede ser ingerido. No sea cosa que los hongos de la
lavadura puedan seguir creciendo en la masa, y también en su panza. </div>
<div lang="en-US" style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
</div>
<div lang="en-US" style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjjFAgEqLwbMMFBAtTbvVf726FBrCnBR7UW5uv6kU_nnU7vYK4hCL4JrKDIGp6l8vF1JJ9rWpt2kdSmoDkpE076wt7IDbbAHZTo5G5XILEn8ZB62H8F9vOQXtuBsk05elvRhrJ-WFR9zjR/s1600/bread-1932564_1920.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="211" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjjFAgEqLwbMMFBAtTbvVf726FBrCnBR7UW5uv6kU_nnU7vYK4hCL4JrKDIGp6l8vF1JJ9rWpt2kdSmoDkpE076wt7IDbbAHZTo5G5XILEn8ZB62H8F9vOQXtuBsk05elvRhrJ-WFR9zjR/s320/bread-1932564_1920.jpg" width="320" /></a><br />
<br />
Por eso
es común que los viernes a las cinco y treinta y seis, las viejas del barrio
encaminen para el tren y cruzando las vías acompañándose de a tres, lleguen a
la panadería para comprar una a la vez. Bolsas llenas, rebosantes, repletas de
pan para comer desde las seis. </div>
<div lang="en-US" style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div lang="en-US" style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
La
sorpresa y el susto les vino cuando cruzando las vías sintieron un estruendo,
una frenada y al instante el sonido de un patrullero a lo lejos. Con paciencia
milenaria, un paso a la vez, los seis pies cruzaron el par de vías. Continuaron
el paso y hallaron el desparramo. Dos patrulleros, seis policías trabajando,
con lo que eso implica. Dos arremangados, dos opinando, uno pidiéndole un mate
a la vecina y el otro contando las monedas para las facturas. Bueno, casi trabajando. Es que esto de
cambiar una rueda al rayo del sol hay que tomárselo con calma. </div>
<div lang="en-US" style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div lang="en-US" style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Las
viejas miran y murmuran. No con mucha vehemencia porque si se desconcentran del
paso corren el riesgo de ser noticia. Enojadas, recriminan que en sus tiempos
los oficiales no mostraban los brazos; que las camisas largas están para que
lleguen hasta los puños; que pedirle el mate a una vecina es abuso de
autoridad; que juntar las monedas es de mezquinos; y unos cuantos
"ques" más que no se llegan a escuchar. Mientras hablaban hacen un
minucioso rastrillaje de la escena, amén de lo que las cataratas, a una y a otra, les permitía ver. Siguen paso, dando un golpetazo quedan adentro del local.</div>
<div lang="en-US" style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div lang="en-US" style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Mate en
mano el oficial comentó, al de las facturas, el chusmerío de las señoras. No
perdió el tiempo en darle a uno de sus compañeros acostados en el
"cálido" asfalto un poco del brebaje conseguido. No tomó demasiado el
calcinado, sin agradecer con un poco de recelo la buena intención. </div>
<div lang="en-US" style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<span style="font-family: calibri; font-size: 11pt;">Un grito
despavorido, y el policía se atraganta con un vigilante. Con presteza todos
miran el balcón, y la vieja de todos los días grita sin razón. Doña Bonifacia
tiene la costumbre de gritar las verdades seis y cuarto, porque cuando todos
untan el pan con manteca a las siete menos diez, no hay otro tema que los dichos
de la vieja del balcón. Por loca la tratan pero, ninguno en su merienda, de
masticar sus palabras deja. La frase del día reza: "La incongruencia no se
resuelve, se acepta!!!", y corre a la otra punta del balcón y repite
desaforada "La incongruencia no se resuelve, se acepta!!!". </span>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/00074879788208147139noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-583175950500542547.post-47064542819019034362017-01-27T14:34:00.003-03:002017-01-27T14:37:25.065-03:00SOLO UN CAFÉUnos cuadros ya añejos y esas paredes pulcras teñidas por el tiempo. Las pequeñas mesas circulares que dan espacio a la intimidad, y un piano mudo que alimenta la imaginación.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzQDQpqn5mRgHPMcfk-AYz-hdwZI4oxeWYtOKQdmo1amTI9FOsNRNe-IUjm3kG2eiVmIUlgBziAuI2TLziFYwI2xeeQPqGWcrncWALiMeUSZC5VroI2dh-vJoxvvHhvSOtl6TzRlOy5xrd/s1600/caffeine-1868699_1920.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzQDQpqn5mRgHPMcfk-AYz-hdwZI4oxeWYtOKQdmo1amTI9FOsNRNe-IUjm3kG2eiVmIUlgBziAuI2TLziFYwI2xeeQPqGWcrncWALiMeUSZC5VroI2dh-vJoxvvHhvSOtl6TzRlOy5xrd/s320/caffeine-1868699_1920.jpg" width="320" /></a>El reloj marca las cinco y, como aquí no somos ingleses, el té se ha vuelto oscuro y los saquitos granos. El molinillo inunda de tanto en tanto las habitaciones, con esa fragancia porteña y arrabalera, que despierta al dormido y acompaña al solitario.<br />
<br />
Marcan las cinco y veinte, porque la puntualidad no es lo nuestro, y se da cita en el café la señora con su novela acuesta. Los niños le llaman el cubo perfecto porque sus lados se asemejan a su profundidad. Tardes enteras recorre sus hojas con paciencia milenaria.<br />
<br />
Marcan las cinco y veinticinco y, mientras preparan el cortado de Flora, llega Josefo con su nieto. Insiste el pobre en enseñarle al <i>gürí</i> el arte del disfrute diurno. Renegado el desorejado, solo mira como afuera la pelota rueda entre los niños de acá para allá. "Dos cafés con leche" grita, y la puerta se abre otra vez.<br />
<br />
Esta vez, ella. Pudorosa y sonrojada, con su vestido a la rodilla y la puntilla que estira. Acomodándose el peinado se sienta en una esquina. El temblequeo de las piernas, a tono del balancín de la mesa, denota como todas las tardes la incomodidad de la espera. Se acerca el mozo, toma la carta y en ella se zambulle. Saben las viejas del fondo que sus padres de esto nada saben.<br />
<br />
Entra el muchacho canchero y chabacano, mascando chicle y escupiendo como un chancho. Pobre chica que en su inocencia admira lo prohibido y se propicia el chasco.<br />
<br />
Se hacen las siete y se amontona la barra. Cuarenta, cincuenta y algún colgado de setenta, los chicos vuelven a las historias mil veces repetidas y con cortado en mano esperan que el ocaso, en el ventanal, se haga presente.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/00074879788208147139noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-583175950500542547.post-32989059409082311802017-01-19T23:39:00.003-03:002017-01-20T00:16:32.265-03:00CRÓNICA DE UNA HISTORIA ANUNCIADA<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Un estruendo que
desgarra la noche. Las miradas despedazadas, y la nulidad de la gorra para
hacer algo, y la impotencia que brota por los poros. Después de la explosión
que detuvo el tiempo, de a poco retornan esos sonidos que nunca se fueron. La
monótona estridencia de las sirenas, el ladrido de los perros alborotados, y un
sollozo mudo que estremece y convulsiona a quien no comprende. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbgogJyt9g1Mf7mmVgNwwUiyXMDBpecKapkCI_XmLlEolEoTfIoniCvfVhsozvM9VTIXMVM_L3SKmGbvGDtD4950Hh2KHmzIk0uAcDZIJmAbo5WorgyQJxULxMLZ_pszFM794DiDY2AhQU/s1600/automobile-1850065_1920.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="216" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbgogJyt9g1Mf7mmVgNwwUiyXMDBpecKapkCI_XmLlEolEoTfIoniCvfVhsozvM9VTIXMVM_L3SKmGbvGDtD4950Hh2KHmzIk0uAcDZIJmAbo5WorgyQJxULxMLZ_pszFM794DiDY2AhQU/s320/automobile-1850065_1920.jpg" width="320" /></a>Una pelea, como las
de costumbre; un grito, de los que hacen a la melodía familiar; una cachetada,
que ya no le llama la atención a nadie. Y las miradas frías, y los tonos altos.
Y las palabras airadas y los puños cerrados. Y los muebles atropellados, y el
florero comprado la semana pasada que deberá ser repuesto esta semana otra vez.
</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Y un segundo de
descuido, y un acto de desesperación, de auxilio y de conciencia, y un teléfono
al que se le presionan tres números de socorro. Y una voz neutra que toma el
pedido y acciona el botón. Y la vuelta a escena, y otro grito, y otra cachetada,
y la ignorancia de la llamada. Y la hombría mal entendida, y la fuerza que
atropella, y el macho que se impone. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<br />
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
En el griterío de la
habitación y el crujir de los muebles, la sirena se anuncia. La inteligencia
que no falta, los cabos que se unen y la escena que se completa. Despavorido el
macho corre, sin saber que sus seis décadas no lo llevaron a sitio similar.
Entrado en desesperación se encierra en su Mercedes y ante la mirada atónita de una
mujer fuera de sí, que como de costumbre vuelve a correr tras él, se persigna.
Toma el caño e introducido en su boca detona el destino.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/00074879788208147139noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-583175950500542547.post-5565086336988087922016-12-04T19:47:00.001-03:002016-12-04T19:47:37.687-03:00PEPA CAFASO<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqRd88KTGGWqRYuScIvKW63MenVKjsi2QxeQfG5xAVWb1LczjfILR89KtlybrC_3KzvIS4g5R6KxGXGWPp17CYVTN8vSOzDuDc5JFmNhg2Nm07HEQ3eT8mAy79blxEHDQLtFm7oRNUw6J6/s1600/dependent-826332.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqRd88KTGGWqRYuScIvKW63MenVKjsi2QxeQfG5xAVWb1LczjfILR89KtlybrC_3KzvIS4g5R6KxGXGWPp17CYVTN8vSOzDuDc5JFmNhg2Nm07HEQ3eT8mAy79blxEHDQLtFm7oRNUw6J6/s320/dependent-826332.jpg" width="231" /></a>Pepa Cafaso tiene
perros que la cuidan y bolsas por llevar. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Pepa Cafaso cierra
la puerta con dos vueltas de llave. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Pepa Cafaso cuelga
el cartel de siempre y sale con su silencio a cuesta. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Pepa Cafaso es
conocida por todos, aunque desconoce a muchos. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Papa Cafaso sonríe a
los niños, aunque algunos no sepan sonreírle. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Pepa Cafaso se
olvidó de todo, porque no deja de recordar a alguien. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Muchas tardes
calurosas, mamá me mandó al mercado. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Infinidad de veces
pasé frente a ese cartel en la puerta. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Siempre me detuve y
lo leí, sin saber comprender. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Un día me dijo el
almacenero:</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
"La vida un día
se llevó al pequeño Cafaso,</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
ese día el mundo
frenó para Pepa." </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Pepa Cafaso ya no
sonríe como antes, detuvo el tiempo y espera a quien sin quererlo se fue. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Pepa Cafaso no sale
de su casa sin dejar colgado un cartel ya añejo: </div>
<br />
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
"Hijo, ya
vuelvo", con letra temblorosa y lágrimas secas, exhibe el papel.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/00074879788208147139noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-583175950500542547.post-61560360642589243052016-11-18T11:24:00.002-03:002016-11-18T11:24:46.140-03:00SE FUE YENDO<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Y se fue, se fue
yendo. Nadie supo bien a donde. Ni él supo, quizás. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Una mañana cuando el
sol despuntaba y el mate quemado humeaba, pronunció la frase. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
"Me voy donde
me lleve el viento", frase hecha si la habrá. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Promesa de muchos,
travesía de pocos.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Grandes fueron los
ojos de la china, cuando lo vio cruzar el alambrado, </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
y como sin ver más
allá de sus pies, caminar a paso seguro por camino incierto. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
La china quedó muda.
Guardó silencio elocuente, ante tan descabellada situación.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Ni su sexto sentido
alcanzó para dimensionar la veracidad de las palabras. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
La china reforzó el
silencio, y vio el reloj en sus idas sin vueltas. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Y se le escurrieron
las horas, y el finado no volvió.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6y1UoA9OG2Z9bV_7PVOvd8Z6wyZqus1RUIa6NmLuIAuJE7OnqssS2-z9rYwhNha_t2KykkLbUF0jkffxwlNzisG5l_6NsG-Qr7POb9RErWScA9GB4dQwTxJJKVtITLclS8_lblCOyvkwE/s1600/boxelder-216372_960_720.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6y1UoA9OG2Z9bV_7PVOvd8Z6wyZqus1RUIa6NmLuIAuJE7OnqssS2-z9rYwhNha_t2KykkLbUF0jkffxwlNzisG5l_6NsG-Qr7POb9RErWScA9GB4dQwTxJJKVtITLclS8_lblCOyvkwE/s320/boxelder-216372_960_720.jpg" width="320" /></a> </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Y el almanaque quemó
los días y los meses, </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
pero de donde se
fue, nunca volvió. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
No hubo deudores, ni
hubo vidas paralelas. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
No hubo ajuste de
cuentas, ni hubo hastíos aparentes o presuntos.
</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Un día se fue, se
fue yendo. Nadie supo bien a donde. Ni él supo, quizás. </div>
<br />
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Un día se fue, se
fue yendo. Con los suspiros de su china y algún que otro deseo más.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/00074879788208147139noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-583175950500542547.post-21874770787976245502016-11-11T10:22:00.002-03:002016-11-11T10:22:39.052-03:00LA OTRA CARA<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Brazos extendidos,
mirada vagabunda, oídos cargados. Mientras el tiempo pasa, las peleas
cotidianas se suscitan. Pero es más la costumbre que el interés. Me mantengo
firme, porque así lo demanda la situación, y el hábito. En mis brazos se
sostiene una pelea que si la dejo caer se enrolla más. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjac1DNSTHZlFGIiXZqctobw1rYHRnuKLb3saTDX84JmlsFl402wZonfnS6m-bCirpvdyUW-uN4IytYDPaVv0O6BBMlH6tugpcHhO5BzJWcUZ91KFBDDI2hyTLmsnknlziI7jirGfrDq9ub/s1600/wool-1258500_1920.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjac1DNSTHZlFGIiXZqctobw1rYHRnuKLb3saTDX84JmlsFl402wZonfnS6m-bCirpvdyUW-uN4IytYDPaVv0O6BBMlH6tugpcHhO5BzJWcUZ91KFBDDI2hyTLmsnknlziI7jirGfrDq9ub/s320/wool-1258500_1920.jpg" width="320" /></a>Frente a frente con
ella, sus ojos negros y los míos se cruzan ocasionalmente. Insiste en contar
historias que le ganen al reloj. Habla, como quien le teme al silencio. Yo
ignoro, y asiento como quien escucha. "Sostené bien los brazos, que se me
enreda la lana". La miro, y entiendo sin que diga, que mejor es no
decir. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Brazos extendidos,
mirada vagabunda, oídos cargados. Mientras el tiempo pasa, las peleas
cotidianas se suscitan. Pero es más la costumbre que el interés. Me mantengo
firme, porque así lo demanda la situación, y el hábito. En mis brazos se
sostiene su entereza, que si dejo caer se enrolla entre los pies. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<br />
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Frente a frente con
ella, sus ojos negros y los míos se cruzan ocasionalmente. Insisto en dar
órdenes a un oído que solo atiende elucubraciones. Hablo, como quien teme a la
tragedia. Ella ignora, y asiente como quien escucha. "Pisá bien mamá!
¿Cómo te dijeron que tenés que hacer?". Me mira, y entiende sin que diga,
que mejor es no decir. </div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/00074879788208147139noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-583175950500542547.post-58381533863989238602016-10-31T21:28:00.003-03:002016-10-31T21:28:52.212-03:00PUDIERON PUDIENDOOlor a tierra mojada y un octubre que se va siendo invierno. Un tiempo que se desacelera y una revisión pausada de las filminas del día. Es que pasan los años y sincerarnos con nosotros mismos se va haciendo costumbre. Será que uno ya no soporta las máscaras que pesan lo que no valen.<br />
<br />
Una mañana en el hospital y una sonrisa de más de mil kilómetros con frescura de niño. La abuela chocha parafrasea aposiciones que explican lo inexplicable. "Está aprendiendo a pedir mimos, decime si no es genial" reza con reverencia sorprendida. Cierra la frase con picardía que suena a superficie, pero sabiendo que retumba en lo más hondo: "a pedir mimos es lo primero que aprendemos, y tan rápido olvidamos".<br />
<br />
Cierra el día y sigo repasando filminas. La viejita que el camillero hoy le dijo cariñosamente "abuela", y yo me doy el gusto de decirle "mamá", me mirá y con ojos oscuros susurra: "puedo por el cariño que ustedes me dan". Y firme, guarecida en su andador, avanza un paso más.<br />
<br />
-------------------------------------------<br />
<br />
"Ustedes pudieron y yo estoy aquí como prueba del poder de ustedes. Prueba, pero no medida. Porque no hay medida que pueda abarcar todo lo que se vuelve posible para la gente que se ha puesto a poder." - Benedetti<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtVABi-3ulURFVAV-_unaW35Jpb4QgBUnzwROQh4ciaj5ro1VnEkKh6eJMdXxTTerh1SltntGhGUu43Vox5anoJ0j10dXT-e0UE2_W_xprQ2-iew7LvAvczP4x8tPLJafpPmGUQRSFdKJP/s1600/human-339509_1920.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="393" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtVABi-3ulURFVAV-_unaW35Jpb4QgBUnzwROQh4ciaj5ro1VnEkKh6eJMdXxTTerh1SltntGhGUu43Vox5anoJ0j10dXT-e0UE2_W_xprQ2-iew7LvAvczP4x8tPLJafpPmGUQRSFdKJP/s640/human-339509_1920.jpg" width="640" /></a></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/00074879788208147139noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-583175950500542547.post-68332210038551655222016-10-21T09:23:00.000-03:002016-10-21T09:23:27.821-03:00ALEXAlex tiene 11 y tres diarios bajo el brazo.<br />
Alex tiene frío y una familia que lo empuja de un auto.<br />
<br />
Alex tiene ojos cansados y miradas perdidas.<br />
Alex tiene una mochila andrajosa y una carga que rompe sus hombros.<br />
<br />
Alex se pregunta si la vida tiene ese sabor,<br />
y todas las noches se inventa un no.<br />
<br />
Alex ya no sonríe como niño.<br />
Alex ya trabaja como adulto.<br />
<br />
Alex por las noches anda por las calles.<br />
Alex por las noches anda sin rumbo.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKSO0v4zQW_O-f01NgCpe_tcrSpB4F_76Xfl517knYbjLuFaFwmpFCVAA2sNChNVZxsuRuDO5wYIBGoc0V1954_luFZTFua6VSJv9edNGpggp23LzuWCa80kXCBl0W52ChEjc3SUEgb9bv/s1600/WEB_paperboy.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" height="310" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKSO0v4zQW_O-f01NgCpe_tcrSpB4F_76Xfl517knYbjLuFaFwmpFCVAA2sNChNVZxsuRuDO5wYIBGoc0V1954_luFZTFua6VSJv9edNGpggp23LzuWCa80kXCBl0W52ChEjc3SUEgb9bv/s320/WEB_paperboy.jpg" width="320" /></a><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/00074879788208147139noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-583175950500542547.post-60220523919195704092016-09-15T23:11:00.002-03:002016-09-15T23:11:52.215-03:00SE GRITARON LOS SILENCIOS<div style="font-family: Calibri; font-size: 10pt; margin: 0in;">
<span style="font-size: 11pt;">La casa añosa, lo recovecos conocidos, los pasillos transitados, y esas habitaciones donde se lo esconde todo. Pasa que el tiempo acentúa los pasos ya andados, y da la sensación que hay huellas que no se borran. Los caminos de la cama al comedor, del vestíbulo al patio interno, de la biblioteca a la sala de estar, están ya dados; surcados podría decir. Estipulados con estrategia meticulosa a fin de evitar choques inesperados, no sea cosa que… justo a esta altura… el horno ya no está como para.</span></div>
<div style="font-family: calibri; font-size: 11pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: calibri; font-size: 11pt; margin: 0in;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfH3ejP5PVHl74rqqFYDIwHqqFT8APfIaM6uHocZnFZ-6luRrwT232P7b6kFuSfDLIan7R4nCt_9nCKtu4fR3vy_CMN7w5E3bRI-4Kj_BkkX9mj8Q3TCZ8tD6M6fPJseLwUdDxzsfqdApx/s1600/building-1592044_1920.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="218" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfH3ejP5PVHl74rqqFYDIwHqqFT8APfIaM6uHocZnFZ-6luRrwT232P7b6kFuSfDLIan7R4nCt_9nCKtu4fR3vy_CMN7w5E3bRI-4Kj_BkkX9mj8Q3TCZ8tD6M6fPJseLwUdDxzsfqdApx/s320/building-1592044_1920.jpg" width="320" /></a>En el silencio sepulcral, un grifo se abre y un chorro de agua fría acentúa los tintes grises de la escena. Desde el reflejo que devuelve un botiquín con lustroso espejo, dos ojos miran sin querer a su derecha. El chancleteo indica que hay que ir abandonando el recinto. Huir por las tostadas quemadas y el café hirviendo, dar un pequeño paso por la biblioteca y destrabar el último ejemplar, para refugiarse bajo las sombras del patio interior.</div>
<div style="font-family: calibri; font-size: 11pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: calibri; font-size: 11pt; margin: 0in;">
Rostro enjuto, ojeras marcadas. Pasos arrastrados y una figura encorvada. Llegar al lavado y rumiar las costumbres. El jabón ensopado, los restos de la afeitada. Algo que se revuelve en el estómago, y ese "qué sentido tiene" que lo mata todo. Toma el peine de la abuela, y desenreda con solemnidad los rizos blondos que la herencia le ha sabido dejar. Escucha la madera añeja de la biblioteca que cruje cuando con fuerza se saca un libro puesto a presión, y entiende que la cocina está libre.</div>
<div style="font-family: calibri; font-size: 11pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: calibri; font-size: 11pt; margin: 0in;">
El sol del mediodía raja las piedras, y hace al anciano entrar al hogar. El plato de lentejas humeantes en la mesa, y esa anacronismo gastronómico que se pronuncia como una provocación, "pero para qué" reza para sus adentros. Levanta ambos platos, como la caballerosidad demanda, y prende la cafetera por el segundo brebaje del día. Ella acepta no por deseo sino por castigo, "para que haga algo".</div>
<div style="font-family: calibri; font-size: 11pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: calibri; font-size: 11pt; margin: 0in;">
Y viene entonces las miradas mudas, el respirar profundo, el diario que quita la incomodidad del silencio y el revisar los fúnebres que recuerdan la esperanza de que un día todo esto se termine. "Murió la chola" dice él. Levanta las cejas con cernida congoja ella. </div>
<div style="font-family: calibri; font-size: 11pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: calibri; font-size: 11pt; margin: 0in;">
Y fue automático, no sé si ese día se habrán alineado los astros, si el hastío colmó el vaso, o si el equilibrio tácito del silencio se quebró por exceso de mesuras. Y tan podridos de todo, de todos, de las rutinas y costumbres, de él y de ella, de sí mismos y de esa vida sin sobresaltos, sin colores ni sorpresas, decidieron gritarse a dos voces el sin razón. Y se gritaron como nunca, porque no querían callar como siempre. Y las palabras brotaron a borbotones, manchando el mantel, cortando el diario y hasta enfriando el café.</div>
<div style="font-family: calibri; font-size: 11pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<span style="font-family: "calibri"; font-size: 11pt;">Pero, por vez primera, pusieron en palabras el descontento. Pusieron en palabras las costumbres, los sentimientos amontonados, los recuerdos olivados. Pero, por sobre todo, pusieron por vez primera en palabras las nostalgias de una esperanza viva que no querían dejar morir. </span>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/00074879788208147139noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-583175950500542547.post-29579360933375218522016-09-11T21:24:00.001-03:002016-09-11T21:24:22.357-03:00EL GUARDAPOLVO<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEix-fHtrWoLiwaIHtRkEsFRAXN-U7fbjYrDWEKklUSM3mP3F59IAtz8UDre9Vcd-wVKMIkEw1qUFB1im3EuTBHHX7mWqiqSlLk4n2W52Ka_27rCMgF6mXz6PZTmZ_s79ZLFKIyWPrkeJBqN/s1600/still-life-851328_1280.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="232" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEix-fHtrWoLiwaIHtRkEsFRAXN-U7fbjYrDWEKklUSM3mP3F59IAtz8UDre9Vcd-wVKMIkEw1qUFB1im3EuTBHHX7mWqiqSlLk4n2W52Ka_27rCMgF6mXz6PZTmZ_s79ZLFKIyWPrkeJBqN/s320/still-life-851328_1280.jpg" width="320" /></a>Inmaculado ingresa a la escuela un guardapolvo.<br />
Sin dobleces, sin arrugas. Sin manchas, ni pinturas.<br />
<br />
Recorre sus pasillos cual fantasma,<br />
y con ahínco predica los mandatos del deber.<br />
<br />
Debes andar derecho, debes caminar despacio.<br />
Debes cuidar la pulcritud, debes mantener el decoro.<br />
<br />
No debes sonreír en exceso, ni tampoco sentir en demasía.<br />
No sea cosa que la alegría o la algarabía, traigan descuido y osadía.<br />
<br />
Será entonces que en esto de la Patria nuestra,<br />
con el <i>indiage</i>, el <i>gauchaje </i>y los arrabales<br />
no hubo mayor necesidad que identificar lo indefinido.<br />
<br />
Solo vaya uno a saber, si fue la idea primera,<br />
que atrás de un trapo blanco de tela,<br />
la humanidad toda se escondiera.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/00074879788208147139noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-583175950500542547.post-82219105397739546722016-08-27T22:33:00.000-03:002016-09-11T21:01:57.554-03:00DIAS<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Algo imperceptible
se revuelve en mis entrañas y con suavidad asciende; </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
estremeciendo cada
nervio, movilizando cada fibra, condensándose en mis lagrimales. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTLYGa-4HsU_Ai4mGc5e6TmVpjg7d2ZvIfkbh5tChJ_597g2wDIlXQrC7UK49rdzckUGJVHpJUxmCYmu5-JMfB8XkeBR0mIs3mqRWIklOkIHNmUv5jmGvl5cjWB3WOhvfr00kgA2FJLFYF/s1600/chair-802098_1920.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTLYGa-4HsU_Ai4mGc5e6TmVpjg7d2ZvIfkbh5tChJ_597g2wDIlXQrC7UK49rdzckUGJVHpJUxmCYmu5-JMfB8XkeBR0mIs3mqRWIklOkIHNmUv5jmGvl5cjWB3WOhvfr00kgA2FJLFYF/s320/chair-802098_1920.jpg" width="320" /></a>La mirada vidriosa y
una historia que inunda la habitación. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Un oyente y un
hablante. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
El acto de decir
porque se sabe escuchado, </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
el acto de escuchar
porque se sabe confiado. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
La distancia que
demanda la emoción que no quiere desbordar, </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
y un relato en
minúsculas que no pretende llamar la atención en demasía. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Una relatoría que
desde la silenciosa sinceridad se etiqueta como una veracidad diseccionada.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Una emoción dormida
que en el acto de escuchar encuentra los vértices de la empatía.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Oír y ser oído en
los silencios. Decir y también decir sin las palabras. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Un diálogo mudo
cubierto de sutilezas y embadurnado de sensaciones. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Un momento, en un
día que no prometía mayores matices.</div>
<span style="font-family: "calibri"; font-size: 11pt;">Un ápice de luz,
entre tanta oscuridad. </span>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/00074879788208147139noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-583175950500542547.post-38372664099897972882016-08-26T13:02:00.001-03:002016-08-26T13:04:22.060-03:00MAS QUE UNOS, PERSONAS<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLmbyUZAN2AjtiY6hf39Aq0xrOv6_3krR1sgoQWZcR88KfkjFOK3eL3s5F5-y7s9lpaBVdO3q1SfNHfKwNJOeMkb5Jh34FHFIvcp4DeVPTtYohpmCUTiN7Cqw7LVOvZt_9-_pT4VdHQiVG/s1600/ship-315308_1280.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLmbyUZAN2AjtiY6hf39Aq0xrOv6_3krR1sgoQWZcR88KfkjFOK3eL3s5F5-y7s9lpaBVdO3q1SfNHfKwNJOeMkb5Jh34FHFIvcp4DeVPTtYohpmCUTiN7Cqw7LVOvZt_9-_pT4VdHQiVG/s320/ship-315308_1280.jpg" width="320" /></a>La gota que completa
el vaso, y el vaso que no rebalsa.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Los lagrimales
desiertos y el último sollozo que se borra en la memoria. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
La mirada fría, el
latido estereotipado y esa mueca fría que desdibuja la humanidad.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Una piel que no se
eriza, pupilas que no dilatan. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Las arrugas hechas
huella pantanosa de una gestualidad que se quedó atorada. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Una garganta que no
se anuda, un estómago que no se revuelve. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Un grito, una
cinteada, un abuso.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Un disléxico, un
vago, un pobre diablo.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Uno más de todos los
unos que el diario vivir trae a la jornada.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Solo pido que el
vaso desborde cada vez que sea necesario, </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Solo pido que los
sollozos refresquen la memoria, </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Solo pido que la
mirada cálida y la curva cóncava de mi rostro </div>
<span style="font-family: calibri; font-size: 11pt;">den el alivio a esos
unos, que más que cifras son personas.</span>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/00074879788208147139noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-583175950500542547.post-85833444480451078622016-08-12T11:01:00.005-03:002016-08-12T11:02:19.242-03:00EL ÁRBOL Y LA VIDA<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggtcxXLUQsm-blRrIEMs8IoLVvyolCN56CGKMSId0905Df9ptHEYicPxnWHCsZRG2Ms2ZsyCuyS7xSKyY1Y-uj-poNRHD0v9Bllt4K3Vz2bJb0j4c2oEYsBPrelqSrYTEPY17yBt3wGiIl/s1600/child-1245717_1920.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggtcxXLUQsm-blRrIEMs8IoLVvyolCN56CGKMSId0905Df9ptHEYicPxnWHCsZRG2Ms2ZsyCuyS7xSKyY1Y-uj-poNRHD0v9Bllt4K3Vz2bJb0j4c2oEYsBPrelqSrYTEPY17yBt3wGiIl/s320/child-1245717_1920.jpg" width="320" /></a>En el crepúsculo de
un trueno, un rayo lo despedaza. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Bastó un segundo
para matar años. Bastó un minuto para ver el desparramo. No alcanzó un día,
para juntar las ramas, ni un mes para las hojas. El desgano, el hastío y esa
angustia en la garganta, que no te deja avanzar en lo sabido. No es fácil ante
el golpe seguir hacia adelante. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Ingrata es la
imaginación, y el recuerdo ni les cuento. Mirar el tronco y que los ojos
completen la imagen muerta. La impugnación del olvido, la resistencia de la
memoria, esa es la negación con la que se vive los primeros días. Mirar con el
desgano de un futuro trunco, mocho. Mirarse en el viejo árbol, y pelearse con
el destino. Pensar mil veces lo que pudo ser, y no ha sido. Tragarse las
lágrimas del árbol que no llora, y morderse las rabias del padre arrebatado. No
fue fácil el verano donde vi al árbol caído. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Es que el árbol y el
viejo, y el destino encaprichado, todo se fue en un mismo momento. El tronco
trunco, como la familia. Y el miedo a lo incierto y el descontrol en el
bolillero de la vida. Y ese piso que se mueve y esas raíces que no alcanzan. Y
la gente que se amontona cuando uno no llega a sentir que duele, y de pronto se
aleja cuando empieza a doler en serio. Las hojas secas desparramadas que el
viento lleva y trae a su antojo, y los recuerdos revueltos, arremolinados, que
con cada tormenta nos sacuden. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
El árbol, el viejo y
el destino, y un sinfín de imágenes donde me pierdo y confundo. Pero el tiempo
pasa, y aunque no se define lo desdibujado, si se asienta lo arremolinado. El
árbol, el viejo, el destino y la vida, que cada otoño y cada invierno pronuncian
la muerte que antecede a la vida, y en esa primavera que nunca falta, retoña lo
menos esperado.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/00074879788208147139noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-583175950500542547.post-55340717203131920082016-08-01T01:02:00.001-03:002016-08-18T21:48:31.395-03:00CONFESIONES DE MEDIANOCHE<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Debo confesar que
por un instante debatí si debía o no dedicar estás simples líneas a una causa
sin fin. Y confesaré también que siendo el día que es y la hora que ustedes
notarán, la razón no tuvo muchos argumentos que le ganaran a la pasión (si de
este modo se me permite bautizar a la impulsividad).</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Suele ocurrir en la
vida que nos encontramos con seres extraños en su forma y constitución. No es
mi objeto referirme con meticulosa
pulcritud a su forma y evolución, que seguramente sabrán identificar; sino más
bien describir a quienes no me permiten menos que sacarme el sombrero (léase la
ironía). Es que no sé si es por acto de costumbre ya instalada o por asombro
infinito, los hombres (cual genérico, no referido al sexo) envueltos en espejos
no dejan de deslumbrarme.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJY92uOzQRfshlojIJezW_A1FAu13TH3g_j4A4ebgKFZQxLAyI-Q6pRlmfH1VJjQcekpFQ7Oxe7aHJVv_wp07QbbIhtpFXcByBXbFJ8Ujyc5yD9-mm7j0JVV3VmzxIH7u3tP7cPx4f1_RF/s1600/frog-1499162_1920.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJY92uOzQRfshlojIJezW_A1FAu13TH3g_j4A4ebgKFZQxLAyI-Q6pRlmfH1VJjQcekpFQ7Oxe7aHJVv_wp07QbbIhtpFXcByBXbFJ8Ujyc5yD9-mm7j0JVV3VmzxIH7u3tP7cPx4f1_RF/s320/frog-1499162_1920.jpg" width="320" /></a>Sí, sí. Bien
leyeron: los hombres envueltos en espejos; algo así como una burbuja que
devuelve la imagen por cientos, con un efecto inverso al vidrio espejado (se
puede ver el interior desde fuera, pero impide su opuesto). Ahora cabe decir,
no es que el mundo esté lleno de ellos, ni tampoco desprovisto, sino más bien
que a veces cuesta reconocerlos. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Me han explicado
debidamente que el espacio dentro de la burbuja suele ser escaso, por lo cual
deben caminar erguidos, con la vista hacia el frente. Hay quienes incluso han
advertido que bajar la mirada sería mortal, por eso suelen mirar por encima del
hombro, cuidando no incurrir asiduamente en tal acción por demás arriesgada. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Dicen también
algunos que por esta limitación del espacio, han aprendido a hablar bajo y
pausado, haciendo el menor uso posible del aire; elemento por demás escaso en
tal ambiente. De este modo, no es raro verlos sufrir jaquecas e incluso serios
embotamientos que comprometen con facilidad sus procesos racionales. Es la
falta misma de algo tan básico y esencial como el oxígeno, sentencian los que
saben. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Otros, más
arriesgados y menos benevolentes, han afirmado que no es el aire sino la eterna
costumbre de escuchar su propio discurso lo que los hace hablar pausado y bajo.
Es como sí su genética demandara una mayor proporción de discurso autodirigido,
pero llegado el tope, se aturdieran a sí mismos y lucharan entre el impulso
natural de seguir hablando y la necesidad ya dada de no continuar escuchándose.
Se debe tener en cuenta, que no es sencillo vivir en un ambiente donde la
reverberación es tan marcada. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Si diré en su
defensa, que no es sencillo entender el mundo de todos, viviendo puertas
adentro. No es poca cosa escuchar mil voces, pero que la vista solo devuelva la
propia imagen. De algún modo, el sonido del mundo se vuelve intrusivo,
ofuscante e incomprensible, porque la vista no les permite más que verse a sí
mismos. No es sencillo reconciliar en el propio discurso las mil voces
contrapuestas, y ante todo mantener indemne la propia imagen. No es fácil
sostener la incoherencia.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Pero más allá de
ello, quizás hoy se hayan alineado los astros y, por acto de la casualidad o la
causalidad, me encontré con dos de ellos. Diré que intenté, pero no pude no
vomitar este texto. Volviendo a las confesiones, no niego que tuve un algo
dentro mío que se revolvió queriendo gritar algo tan obvio como el mundo mismo,
pero luego recordé: no es sencillo comprender el mundo, cuando uno se ve sólo a
sí mismo. </div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/00074879788208147139noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-583175950500542547.post-59236509305833286812016-07-07T21:32:00.001-03:002016-09-03T01:32:29.098-03:00ACUERDOS ENTRE CUERDOS<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
En el frío vidrio
del escritorio se reflejan los rostros en disputa. Seis asientos y un ambiente
que se corta con cuchillo. Un ida y vuelta sinfín y palabras lanzadas a quien
solo escucha sus elucubraciones. El escribiente con mano incendiada y quien dirige
envuelve en palabras la reunión. Construir acuerdos, como adultos, resuena aún.
</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEija2ro6t6TFr3lfRLF7LfoTk73Ztyy1TMuhB8lcKCBgty0K4ViwLK4mcWKl8MPZ1yQQN_c0szEtswQ4u0xNrvVtsiatjqw9pf2-pwfI8vhbri-oGN4l2Mf5T94Np1hPw6IqZih2FKx5PeE/s1600/child-817368.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="210" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEija2ro6t6TFr3lfRLF7LfoTk73Ztyy1TMuhB8lcKCBgty0K4ViwLK4mcWKl8MPZ1yQQN_c0szEtswQ4u0xNrvVtsiatjqw9pf2-pwfI8vhbri-oGN4l2Mf5T94Np1hPw6IqZih2FKx5PeE/s320/child-817368.jpg" width="320" /></a> </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Metro veinte, metro
treinta, metro diez, y algunos apenas un metro. Flacos, largos, petisos y hasta
algunos regordetes. Rubios, morochos, castaños y hasta algunos colorados.
Tranquilos, silenciosos, bulliciosos y siempre, y más de uno, efervescentes.
Con sonrisa, con guardapolvo, con carcajadas y hasta algún distraído con
chichón. Divertidos, serios, juguetones o hasta algún tristón. Queridos,
amados, mimados y, aunque no se entienda, algunos ignorados o golpeados.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
La escuela enseña,
la familia educa, reza la frase empuñada. Disquisiciones lingüísticas sin ton
ni son. Círculos discursivos con falta de corazón. Un relato adulto que pugna
por la razón. Y en el medio, o quizás más hacia el fondo, en un segundo plano, no sujeto a discusión, ellos. Los sin
voz, los sin voto, los sin voluntad, los sin deseos. Los chicles del medio, de
los que se tira, de todos lados, por "su bien".</div>
<br />
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Qué pasaría si un
día todos, entendiéramos que sin importar su estatura, peso o color; carácter,
temperamento o situación, son niños de
puro corazón. Niños, personas no adultas, no discursivos y hasta en ocasiones faltos de razón. Niños personas, que requieren de nuestro cuidado, cariño y
protección.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/00074879788208147139noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-583175950500542547.post-72609870595865123402016-06-30T20:41:00.002-03:002016-06-30T20:51:28.783-03:00BURBUJAS<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWEvtXfcAqRLzuIAXRMnp6PYE-xsx2eJ3v1Ps6aeT4BKYZsAtnr-m8RDWjTsbTEdWn7LXs9cqUM7fFs-J1NiK8L2wDVFTHSFb2w4jH7quGq49_DtoBRYVPxVWv03G4V60fFYsPcHkQL2aT/s1600/soap-bubble-1128264_1920.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWEvtXfcAqRLzuIAXRMnp6PYE-xsx2eJ3v1Ps6aeT4BKYZsAtnr-m8RDWjTsbTEdWn7LXs9cqUM7fFs-J1NiK8L2wDVFTHSFb2w4jH7quGq49_DtoBRYVPxVWv03G4V60fFYsPcHkQL2aT/s320/soap-bubble-1128264_1920.jpg" width="320" /></a>Existen relatos
superpuestos, yuxtapuestos o incluso algunos opuestos. Es que un elemento no es
lo que es, sino lo que significa. Pero la cuestión es que existen tantos significados como hombres sobre esta tierra. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Redondeada, perfecta
e incluso multicolor. Así supiste describir tu burbuja. Por años la viste, la
viviste, así. Dijiste que allí creció tu inocencia y se ramificaron tus sueños.
Jugaste, creciste, mirando todo desde su interior. Resguardado. Protegido. E
incluso, un poco ingenuo. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Pero un día, un día
de esos que siempre llegan, que a todos nos llegan, la burbuja se pinchó. Y
escribiste tu dolor, lloraste tu desilusión, y con la garganta anudada
vomitaste en un papel tu indefensión. Dijiste que el día que eso ocurrió
saliste a buscar la ayuda que en nadie supiste encontrar. Con dientes
apretados, dijiste y acusaste que cada quien se encontró ocupado en su propia
burbuja. Que a nadie le importo. Y sabés? A mí, sí me importó.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Un día, un día de
esos que siempre llegan, que a todos nos llegan, mi burbuja también se pinchó.
El clima templado, la luminosidad constante, e incluso ese suave sostén en las
caídas, todo desapareció. Por primera vez el viento gélido de las noches. Por primera
vez el calor abrasador de los días. Pero sobre todo, por primera vez las caídas
sin el suave rebote de mi burbuja. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Entendí entonces tu
caída. Lloré a gritos mudos mi dolor. Y pensé que había quedado afuera. Que no era parte del mundo de los que tienen burbuja. Y para colmo, para colmo, te
miré y seguías rechinando los dientes. En tus ojos estaba el anhelo de lo que
ya no era, mientras rumiabas la suerte de quienes conservaban su esfera
multicolor.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Te miré, pero fue
por poco tiempo. Antes de que me diera cuenta un sinfín de manos me rodearon.
Hombros fuertes se ofrecieron para dejar correr mis lágrimas. Cálidos corazones me
hicieron palpitar de nuevo, y trajeron el aliento que el susto de la explosión
me había quitado. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Hoy miro hacia atrás
y el recuerdo es inevitable. ¿Sabés quiénes fueron? Todos aquellos que ya no
tienen burbuja, pero decidieron dejar de
llorarla. Aquellos que con sueños rotos, pies cansados y corazones maltrechos,
decidieron seguir adelante y acompañar en ese camino a quienes tienen las
agallas de seguir. </div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/00074879788208147139noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-583175950500542547.post-7057051815445708132016-06-23T22:27:00.002-03:002016-06-24T01:53:41.965-03:00LAS PALABRAS<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjeOI628NmXwOmv8P4iGEmOl8sUsvs2VuaQlbFQzOorJGJow9cM2zJLjXKbf9nX_lr8sjgxjt8vMkQPtf2jqptq1To-C8UH1EMhaVa63-XatqVAZYsJlHbtn34A419WKICLm4ZNItM-Wplc/s1600/scrabble-476578_1920.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjeOI628NmXwOmv8P4iGEmOl8sUsvs2VuaQlbFQzOorJGJow9cM2zJLjXKbf9nX_lr8sjgxjt8vMkQPtf2jqptq1To-C8UH1EMhaVa63-XatqVAZYsJlHbtn34A419WKICLm4ZNItM-Wplc/s320/scrabble-476578_1920.jpg" width="320" /></a>Un manojo de
carcajadas y alguna lágrima socarrona que se escapa. Trata de explicarme
tentada, mi hermana, esa palabra que apenas puede pronunciar. "Las corvas,
las corvas". "Qué qué?" - pregunto. "Que tu madre dice que
le duelen las corvas". Y explotamos en risa de nuevo, mientras ella y sus
dolores no comparten la carcajada. Se queja mi progenitora, acentuando la
costumbre, y tratando de adoctrinarnos con su palabra. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
El obituario
colectivo esconde entre sus anaqueles palabras que el tiempo intenta borrar.
Por costumbre, por desuso o porque otros no las entienden, nos llamamos a la
tiranía de hablar como todos lo hacen, de usar cortas palabras que resumen el
pensamiento popular y dan marco suficiente a las charlas superfluas que rumia
la sociedad. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Una sobre mesa y el
hervor del agua que rellena las tazas desprende un aroma a frutos rojos que
tiñe la escena. La charla discurre lenta y pensativamente; como la costumbre lo
pide y los convidados disfrutan. Sale entonces esa frase que desde entonces guardo
en mi memoria: "es que siempre lo decimos, en realidad los sinónimos no
existen". </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Puede el que enuncia
decir que la tristeza, el pesar y la angustia son todas a la vez una misma
cosa. Pero pregúntenle a quien se le anuda la garganta y se le cierra el pecho
sí hablar de tristeza es suficiente. Lo grande, pesado y profundo del dolor no
puede grabarse en un "anda mal". Cada palabra en su semántica,
sonoridad y afectividad, adquieren una función única, irrepetible y necesaria.
Que me traten de colifato por elucubrar cada término, pero no encuentro forma
más fiable de representarme lo que veo. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<span style="font-family: calibri; font-size: 11pt;">Pasaron los años y
revisando apuntes de tierras extrañas, la carcajada volvió. Se vuelve inevitable entonces el recuerdo, y
me vi en la obligación de reconocer mi/nuestro error. "Mamá a que no
sabés que encontré leyendo para la maestría, si existían las corvas".</span>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/00074879788208147139noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-583175950500542547.post-24669441225081034052016-06-16T21:38:00.001-03:002016-06-16T22:00:04.491-03:00UN NADIE<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Un nadie.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Un nadie de escasos
seis años.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Un nadie de
guardapolvo sucio y pantalones gastadas.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Un nadie con madre
ambulante y padre prestado.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Un nadie con sonrisa
triste y pies inquietos. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Un nadie con la
panza vacía y la mirada cargada. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJxkMerO2vZXVMubn-WEodIDAYVe_9HsXMmnkSSDnDeU0JVyNZ8UjLQOnkXF5LmR3OpFfdsvrih1WzNsKGLAp1vnP7hIYuwsoEaKbfq-E8uqd6YNJBxRjG3SZ3os9s-SeAzjOr4fPYrKkz/s1600/portrait-317041_1920.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="214" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJxkMerO2vZXVMubn-WEodIDAYVe_9HsXMmnkSSDnDeU0JVyNZ8UjLQOnkXF5LmR3OpFfdsvrih1WzNsKGLAp1vnP7hIYuwsoEaKbfq-E8uqd6YNJBxRjG3SZ3os9s-SeAzjOr4fPYrKkz/s320/portrait-317041_1920.jpg" width="320" /></a>Un alguien.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Un alguien de
sobrados años.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Un alguien que
ostenta guardapolvo y rulos blondos.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Un alguien con
dientes apretados y seño malhumorado.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Un alguien que con
brazo violento sacude al enano. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Un alguien que con
rostro desencajado, enuncia desenfrenos. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Puertas adentro, un
pensamiento se revuelca y estrangula.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Puertas adentro, un
pensamiento busca aclaraciones para la sinrazón. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Puertas adentro, una
emoción se retuerce y golpea.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Puertas adentro, una
emoción se indigna impotente. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Puertas adentro, un
pensamiento embotado de emoción reza:</div>
<span style="font-family: calibri; font-size: 11pt;">la profesión y el
guardapolvo, hoy han quedado manchados. </span>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/00074879788208147139noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-583175950500542547.post-925867106655386052016-06-09T22:42:00.001-03:002016-06-16T21:52:12.148-03:00PREGUNTAS Y RESPUESTAS<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Mil respuestas para
una pregunta nunca hecha. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Mil preguntas para
un respuesta inexistente. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Un mar de palabras y
ninguna solución a la vista.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Niño de puños
descuidados,</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4bQ1dbw3IAFSCeBgmFe3_j2e_k_7e2ie934nMX5_QAPQ0TUdPwue3Zg-hJ-xkUAuvI50q6_seu-hql0S7Us1TllgeAW2NG6_w94-K30jgIH_DSt5PXkJ3I3F39Ve-p9CpdD60V-wjErLM/s1600/graffiti-8051_1920.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4bQ1dbw3IAFSCeBgmFe3_j2e_k_7e2ie934nMX5_QAPQ0TUdPwue3Zg-hJ-xkUAuvI50q6_seu-hql0S7Us1TllgeAW2NG6_w94-K30jgIH_DSt5PXkJ3I3F39Ve-p9CpdD60V-wjErLM/s320/graffiti-8051_1920.jpg" width="320" /></a>zapatillas
embarradas, </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
y cuadernos
atolondrados. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Te miro y tu rostro
me detiene. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Tus ojitos
enturbiados, tu sonrisa agarrotada.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Una pena muda y tus
brazos entrelazados.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Mil respuestas que
no encajan,</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
mil preguntas que no
alcanzan. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Un mar de dimes y
diretes,</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
y tu historia que no
para. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Un dibujo, un
llanto,</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
un comentario a la
seño,</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
una patada al
compañero.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Te miro.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Te miro, y el
asombro.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Te miro, y la
desidia.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Te miro, y la
impotencia. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Te miro, y me
preocupas. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Solo pido a ese Dios
nuestro,</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
que las idas y
venidas,</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
que las preguntas y
respuestas,</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
un día terminen en
tu cuidado.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/00074879788208147139noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-583175950500542547.post-68181344991190487902016-06-07T20:00:00.000-03:002016-06-07T20:00:08.936-03:00SILENCIOS<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Rostro enjuto, pelo
anidado. Una pena en el alma te hace entrar gritando. Algunos creen que el
chascarrillo o el golpe del recreo, pero ha sido aquello que no has contado. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Cubres tu cabeza,
tapas tu rostro. Escondes así tus ojos de esa realidad que tanto desprecias. Te
toman, sujetan tu brazo y, con firmeza apática, piden te tranquilices. Que
levante la mano el niño que con un grito se calma! - ironizo en mis entrañas. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXfImGuXzFR17frsshATYfF_cGQ3DGxleVeJsAsaNDyw-9vFcTpIlHx6PNyw45ggMXmCYE0yeq2C8k22YMwQX0_I3zpoxec7pDJsNoy1yRWf4gUfZOlL10KrK7dG3Clbo_C4y6MOy-IP7x/s1600/skateboard-331751_1920.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXfImGuXzFR17frsshATYfF_cGQ3DGxleVeJsAsaNDyw-9vFcTpIlHx6PNyw45ggMXmCYE0yeq2C8k22YMwQX0_I3zpoxec7pDJsNoy1yRWf4gUfZOlL10KrK7dG3Clbo_C4y6MOy-IP7x/s320/skateboard-331751_1920.jpg" width="320" /></a>Tan pequeño y tan
turbado. Pocos días y demasiados llantos. Así la vida desordenada de quienes no
pensaron en ti, dejan marcas que el tiempo no sabrá borrar. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Me acerco,
reverente. Toco tu espalda. Te llamo por nombre, y cuando me miras,
respetuoso pregunto si el mío quieres conocer. Aceptas, entonces me presento.
Pregunto qué pasó, pero no quieres hablar. Entiendo, entonces te invito a la
rutina de hacer lo debido; los deberes. No es momento, no quieres.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Propongo entonces
ordenar las cuestiones. Guardamos el libro, juntamos las migas. Tomas el
envoltorio abierto, los restos del sacapuntas. Colocamos las hojas en su lugar,
y de a poco el escritorio se vuelve otro. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Insisto, como el deber demanda, y
aceptás. Completamos los renglones, buscamos en el diccionario. Copiamos del
pizarrón y de a poco avanzamos. Pero te vas. Te vas en tus cavilaciones que
poco tienen de niño. Te vas y te pierdo. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<span style="font-family: calibri; font-size: 11pt;">Pregunto - en qué
pensás -, y me decís que en nada. Insisto. Decís que - en un juguete -. Te miro
y tus ojos están lejos. Te perdiste allá, en algún recuerdo, o en algún intento
por no recordar. </span>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/00074879788208147139noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-583175950500542547.post-64930126363075628782016-06-02T22:17:00.001-03:002016-06-02T22:24:23.806-03:00INVENTO DE UNA TARDE DE OTOÑO II<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoJ23awQQrD3qFntYNJGpFIYtui_GKyjcH9JdY-vLPOPLPmfjZbL9xdso8HQdDaPb675mIsrufgn5iF3OJA4_H3INzp9jJRqlsRUcZns3QO_0e1e2f1RdFl9E-OgZE3vM2JfphmZKWIL5D/s1600/fantasy-girl-1082212_1920.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoJ23awQQrD3qFntYNJGpFIYtui_GKyjcH9JdY-vLPOPLPmfjZbL9xdso8HQdDaPb675mIsrufgn5iF3OJA4_H3INzp9jJRqlsRUcZns3QO_0e1e2f1RdFl9E-OgZE3vM2JfphmZKWIL5D/s320/fantasy-girl-1082212_1920.jpg" width="320" /></a>Alguien preguntó una
vez, ¿qué sabe el pez del agua donde nada toda su vida? Matilde no mucho.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Contaron que aun
cuando nadie la esperaba, por sorpresa los tomó en un buque. Llegó de apuro la
sietemesina, y así vivió su vida. Dicen que antes del año ya corría, y al año y
medio discutía con los peces. De la escuela se escapaba a cada rato, y cada vez
que con locura la buscaban, las maestras la encontraban en la costa, absorta,
obnubilada, perdida en el horizonte ondulante. Así se forjaría a temprana edad
y a paso agigantado, ese amor que no tendría fin. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
No era raro verla
por el pueblo yendo hacia la costa. Iba rápido, siempre apurada. Algunos decían
que cuando la marea bajaba, ella corría más, como si temiera quedarse sin su
mar. Ahora sí, cuando llegaba, quedaba inmóvil; una serenidad inconmensurable parecía
poseerla. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
La gente decía que
no era raro encontrarla días enteros en la costa. Allí amanecía, cazaba y
comía. Nadaba, disfrutaba y se espaciaba. Tal era su conexión con el mar que
decían que sus ojos cambiaban con él. Oscuros en las tormentas, cristalinos en
la calma, bravos en las trifulcas. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
No era muy dada con
la gente. De hecho no se le conoció amigos ni amores. Su compañía decía ella,
era su mar. Ya de grande se hizo un tugurio en la costa, desde donde pudiera
ver como los astros emergían, cada mañana y cada noche, de las entrañas mismas del
abismo acuoso. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Pero llegó un día,
cuando con malicia los jóvenes del pueblo la buscaron. Trataron de hablarle
aunque los esquivó. Hasta que oyó que del mar hablaban y allí atendió. Le
dijeron con cordura elocuente que si se lo proponía podría cruzar el mar
nadando en un día; así podría conocer su mar del otro lado. La broma parecía
divertida, porque nadie creía que fuera a intentarlo. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<span style="font-family: calibri; font-size: 11pt;">Y así un día la risa
se convirtió en llanto, cuando la broma se volvió tragedia. A conocer su mar se
había ido, y de allá nunca volvió. Muchos decían que era idiota de nacimiento y
por eso deambulaba por las costas. Yo creo que como pocos supo elegir lo que
quería y hacer de su pasión una vida. </span>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/00074879788208147139noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-583175950500542547.post-25590724938802996642016-05-31T23:12:00.002-03:002016-05-31T23:12:57.334-03:00COLLAGE EXQUISITO <div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkiNOmtv4B60x82iledMTUOWsZ4tVW2ipQDCKidHehTvS7ohwIUm0MiItvj7I-5Q3-FL0CJebOrMyjrpA0gH-tewwAgU9DqbLS9d-ZLiXTXKgmyIEUFSUBaIG8feuyUcG3E4T40x-BGhLk/s1600/poster-814543_1280.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkiNOmtv4B60x82iledMTUOWsZ4tVW2ipQDCKidHehTvS7ohwIUm0MiItvj7I-5Q3-FL0CJebOrMyjrpA0gH-tewwAgU9DqbLS9d-ZLiXTXKgmyIEUFSUBaIG8feuyUcG3E4T40x-BGhLk/s320/poster-814543_1280.jpg" width="240" /></a>Garua finito, y la
calle parece cada vez más cuesta arriba. Logro ubicar el "vehículo",
si el artefacto de dos ruedas permite el calificativo. Como buen foráneo
intento ingresar por el acceso incorrecto, quedándome parado frente a dos hojas
de vidrio que nunca se abrieron. Apurado entonces por encontrar la puerta, pero
más por evitar que los que están dentro me vean en situación, rodeo el edificio
para lograr dar con la muestra.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Treinta artistas
locales se dan cita en el centro cultura para mostrar un "Collage
exquisito". Voy a ser sincero al decir que entré a la sala un tanto
perdido, pero muy expectante. A primera vista encontré que el género y la edad
que porto no se ajustaban al promedio. De a poco también comencé a notar que la
vestimenta tampoco lo era. Sin embargo, pensé que no eran cosas que pudiera
cambiar ya, y me di a la tarea de observar.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Apelando nuevamente
a la sinceridad, más cruda esta vez, no fue sencillo contemplar entre tanto
bochinche social, ni tanto niño correteando a los gritos. Pero me di a la tarea
de comprender lo que me pareció en primera instancia incomprensible. Quizás por
mi percepción del ambiente, proyecté en las obras un aire de superficialidad
estética sin mucho profundidad que develar. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Dado el primer
recorrido, y todavía tratando de comprender, entre otras cosas, la tertulia
social que se daba cita; y a decir más, esperando la explicación por parte de
los autores de sus producciones, opté por abstraerme y dar un segundo
recorrido. Más en silencio, más puertas adentro. También, más detallado, pero a
su vez más libre. No reparar en todas, sino solo en aquellas obras que captaran
mi atención. Y observarlas, diseccionarlas y por un momento dejarme llevar,
permitiendo percibir más allá de lo obvio. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
El pensamiento me
pudo: se observa mejor en silencio. Al fin y al cabo hay un alguien, del otro
lado, que a través de una selección no azarosa de retazos, líneas, formas,
colores, matices, texturas y demás elementos, intenta manifestar a un otro algo
que merece ser escuchado con la vista. Y eso requiere, a mi entender, silencio.
</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Me dejé entonces
llevar por una ventana que contempla un reflejo acuoso de una ciudad a media
noche, por un tul blanco que rodeado por un texto escrito a mano alzada da
cuenta de un agradecimiento que el tiempo no borra, por una mirada perdida en
el horizonte compuesta por retazos de mil revistas que como cada mirada se
compone de mil recuerdos e historias nunca contadas. Y me dejé llevar por el
juego inocente de luces y sombras en los vestidos fluctuantes de un grupo de
bailarinas, por las escaleras rotas de una vieja casa bañada en enredaderas,
por el sonrosado cabello de una modelo, el sombreado azulado de sus ojos, y la
lágrima a tono que recorría su mejilla. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<span style="font-family: Calibri; font-size: 11pt;">Reparé en una gran
huella dactilar compuesta por cientos de líneas de colores diversos. Y en un
primer pantallazo creí ver su forma. Luego acercándome más, siguiendo cada una
de ellas, comprendí los innumerables cursos, muchos impredecibles, muchos escondidos
entre otras líneas. Y capté la singularidad no evidente de un mensaje preparado
para el oyente, de esta y cada una de las obras. Un mensaje de tonalidades y
formas devenidas en palabras y sensaciones nacidas del juego entre quien
muestra y quien ve. Y mientras escribo estas líneas concluyo, menos mal que me
llamé al silencio y me permití una segunda mirada.</span>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/00074879788208147139noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-583175950500542547.post-68484974313586055922016-05-26T20:00:00.000-03:002016-05-26T20:00:20.256-03:00MEDIO PANQUEQUE<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyOKhHOeChLbEbqJxkwxgyOiT1H2TcVueg57PO9ceU5HvF1ESU8imvE1oRQvHiQBcl6rpux3Md6mb6f3ARShx2wdjHhTvTQO-QkRtoJw0cQO_Bg89Gpx_t6_L0-9wFSCHHMX9d1AiPimYd/s1600/pancake-1214113_1920.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyOKhHOeChLbEbqJxkwxgyOiT1H2TcVueg57PO9ceU5HvF1ESU8imvE1oRQvHiQBcl6rpux3Md6mb6f3ARShx2wdjHhTvTQO-QkRtoJw0cQO_Bg89Gpx_t6_L0-9wFSCHHMX9d1AiPimYd/s320/pancake-1214113_1920.jpg" width="240" /></a>La casa de Madrina
Margarita era linda. Si bien era la madrina de una sola de los hermanos, era
como la madrina de todos. Les encantaba ese pedacito de cielo. Los pisos de
ladrillo y sus rendijas por donde barrer, cortaban la costumbre ya hecha del
piso de tierra barrido con escoba de paja. "El juego de sillones! El juego
de sillones…", recuerda sonriente, cosa que sus ojos no habían visto, ni
sus oídos oído, ni había subido en sus pequeños corazones de niño. Madrina
Margarita los cuidaba con esmero y, porque eran de tela, los cubría con una
funda. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Aunque a decir
verdad, la casa de Madrina Margarita también tenía sus cosas. Fue en casa de
Madrina Margarita donde la picaron las vinchucas. Sería quizás porque estás
vivían en el techo de paja, cosa que no era rara, aunque si sus alimañas.
Cuestión es que, más allá de los bichos maliciosos, aprendió que no todos las
vinchucas te pegan el mal de chagas. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Pero Madrina
Margarita no solo cuidaba los sillones, también los cuidaba a ellos. Para
alimentarles las mañas les hacía panqueques para chuparse los dedos. Y me
cuenta, me dice con nostalgia y hasta con alguna lágrima: "Una vez,
Madrina Margarita nos hizo panqueques, y yo me comí uno hasta la mitad. Y con
la otra mitad crucé el campo y las calles vecinales. Me lo llevé a casa, porque
le quería convidar a mamá." </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<br />
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
"Ella siempre
nos dijo que teníamos que compartir, y yo lo quería compartir con ella";
me dice con los ojos vidriosos. "Por eso les digo que tienen que
compartir, incluso cuando no está el otro", me dice mamá, mientras me
comparte una de esas historias que son para chuparse los dedos. Historias de
esas, que como pocas, te alimentan el alma. </div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/00074879788208147139noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-583175950500542547.post-31345569552973229292016-05-24T19:30:00.003-03:002016-05-24T19:30:58.842-03:00EL SEÑOR DE LAS REDES<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Molesto, triste,
confundido. Malhumorado, embrollado, revuelto. Aunque ninguna de ellas termina
de ser la adecuada. Lavo las redes, mientras el día aclara, y sigo buscando la
palabra que se me escapa. Descorazonado, sí, descorazonado; esa es la palabra.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
El bullicio de las
aves, y el gentío que se acerca, de algún modo cortan el silencio enlutado de
las barcas silenciosas. El Maestro enseña y la gente se amontona. Hoy no hay
ganas suficiente para escucharlo; continuo con las redes. Se acerca cauteloso,
y como quien no fuera dueño de nada, el Señor de los Mares me pide mi barca. Se
sienta en ella, la alejo un poco de la costa, y en primera fila escucho como
enseña a la gente. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfKxP-7VaicyIG3Kxa6GQzJ0vSwaYWH-YGgKYQcOx2hfeJigfZUT6BivrGaryElPRP4arOi9Nk2lQxL_1vN22_oNmbXSGBw6rukHpAbO6PGuL3fPOW8siuI3rO5YbEtMM36nuN4GdHo4Ho/s1600/fishing-net-557250_1920.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfKxP-7VaicyIG3Kxa6GQzJ0vSwaYWH-YGgKYQcOx2hfeJigfZUT6BivrGaryElPRP4arOi9Nk2lQxL_1vN22_oNmbXSGBw6rukHpAbO6PGuL3fPOW8siuI3rO5YbEtMM36nuN4GdHo4Ho/s320/fishing-net-557250_1920.jpg" width="320" /></a>Descorazonado uno
escucha menos. Descorazonado uno entiende menos. Descorazonado uno quiere
menos. Pero el Señor no se impacienta, solo aguarda el momento justo. Viéndome
inmerso en mis elucubraciones, pide: "Boga mar adentro, y echad vuestras
redes para pescar". Descorazonado, sí. Esa es la palabra.</div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Lo miro, y no le
entiendo. Lo miro, y esas horas extenuantes de lucha contra el mar se amontonan
en mis brazos. Lo miro, y los embates mentales una vez más recrudecen. "Las redes, el mar, y la noche… durante
el día?". "Si Rabbí - pienso para mis adentros - creo en vos, pero si
Juan el Bautista… si la gente de Judea… si los rabinos y sacerdotes…. qué nos
asegura que…". El absurdo de la empresa presente y futura, lo desesperado
del momento y de los tiempos venideros, la incertidumbre y las ansiedades.
Todo. Todo se amontona en mi rostro enjuto, y replico: "Maestro, toda la
noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado…". Un silencio. Una
pausa donde la eternidad se juega en un instante, y concluyo la frase: "más
en tu palabra echaré la red". </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
Y una vez más,
remar. Y una vez más, ir hacia lo incierto. Y una vez más, descorazonado. Y
tirar las redes incrédulas, y no esperar
lo impensado, y tomar las cuerdas como quien no quiere la cosa, y darse cuenta
de que todo se ha ido de las manos. Y de pronto, de pronto, súbitamente el
estupor. El breve estupor de quien tiene en sus manos el peso de lo deseado. La
sensación de estar ante quien lo cotidiano queda desarticulado. La convicción
de la protección en el desamparo. Y la seguridad, la seguridad de estar ante al
Señor de las Redes. </div>
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
<br /></div>
<br />
<div style="font-family: Calibri; font-size: 11.0pt; margin: 0in;">
"Apártate de
mí, Señor, porque soy hombre pecador", replico mientras en el suelo con
ahínco me aferro a sus pies. Con voz segura, y cálida a la vez, susurra:
"No temas, desde ahora pescarás hombres". </div>
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