"—¿Qué es un
rito? —inquirió el principito. —Es también algo demasiado olvidado —dijo el
zorro—. Es lo que hace que un día no se parezca a otro día y que una hora sea
diferente a otra." (ANTOINE DE SAINT - EXUPÉRY)
Lunes, miércoles y
viernes a las 18.30 horas, concursos de secundaria. Lunes a viernes a las 18
horas, concursos de primaria. Lunes a viernes 9 y 14 horas, concursos de
suplencias cortas de secundaria y primaria. Todos sujetos a previa notificación
en la web. Martes por las noche, 20.30, grupo de oración con amigos. Jueves por
la tarde, 16 horas, grupo de escritura entre amigos ("la secta").
Sábados por la mañana, 9.30, reunión en la iglesia. Domingos, martes y jueves a
las 20, publicar un post en el blog.
Alguien habló alguna
vez de lo que denominó la angustia del domingo por la tarde. De algún modo
quiso referir a esa extraña sensación que emerge, no en pocos, justamente en el
medio tiempo antes que comience la semana. Las explicaciones son varias, van desde
la melancolía hasta la resistencia a comenzar la semana. Desde esa añoranza que
da la tranquilidad hasta la extrañeza de no tener ningún deber pautado. Y creo
yo que por ahí viene la cosa.
El domingo por la
tarde, en una semana típica, suele ser el espacio no planificado. Ese lapso
donde la inventiva, la creatividad y la planificación personal pueden tener
cabida. Si, exactamente, por eso emerge la angustia. Porque hay que decidir.
Hacerse cargo. Cosa a la que nos han desacostumbrado, y nosotros hemos
consentido plácidamente.
Sin embargo, en la
vida de un desempleado, la amplitud de la angustia del domingo por la tarde
cobra dimensiones mayores. Porque es de domingo a domingo: los siete días de la
semana y las veinticuatro horas del día (espero
no los 365 días del año).
Es así como los
primeros quince días entendés la libertad horaria como la panacea de un sistema
que nos desacostumbró a decidir. A partir del decimosexto, empezás a notar que
hay algo que no cierra. Y el veinteavo, decretás el caos existencial. Entonces
el día veintidós, tomás las riendas del uso horario o te acostumbras a "fluir". No es mi caso.
Es que en esta vida
paranormal que llevo, la falta de hitos impuestos en el tiempo, me ha permitido
entender cuan responsable soy de ellos, y en qué medida puedo construirlos
artesanalmente y no depender de los productos enlatados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario