jueves, 21 de abril de 2016

BUSCO LABURO

Alem 251. Centro de Designaciones Secundaria. Cargo: "Psicóloga". Por primera vez, les voy a decir, me sentí discriminado. Naaa… mentira. Pero la verdad es que no quería perder el tiempo. Mucho menos invertir expectativas que, hasta altura, no sobran. Buscar laburo no es cosa fácil, menos cuando faltan oportunidades y sobran expectativas.

Noventa minutos antes de la hora pautada me acerco al lugar. A decir verdad iba de compras al súper y quedaba de camino (elegante excusa que resta ansiedad a la ecuación). Entro, pregunto y se ríen. "No, no nene. Vos vení, no importa el género". 

Los minutos comienzan a pasar. Los cronometro, no sea cosa que por descuido llegue tarde y pierda el concurso. A la tarde había estado googleando un rato. Averigüé funciones del cargo, y hasta descargué un programa que calcula el sueldo aproximado. Y sí, empecé a soñar. A soñar que haría con el sueldo, cómo festejaría el fin de semana, la alegría de la noticia, el contarle a la vieja, etc, etc, etc. Sí, sí, lo sé. Suelo ir más rápido que la realidad misma.

Falta menos para la hora, así que empiezo a jugar con los minutos. Necesito cocinar, bañarme y llegar 10 minutos antes al concurso para dar una buena impresión. En eso, una llamada. Una voz femenina del otro lado me pregunta si tengo tiempo para contestar unas preguntas por un currículum que envié. Relojeo la hora, y me arriesgo.

La escena va in crescendo. Hablo tranquilo como si me sobrara el tiempo. La cabeza a mil. Empiezo a pensar si podré coordinar ambos laburos. Me pregunta si estaría dispuesto a viajar a otra ciudad para realizar una entrevista personal. Evalúo la posibilidad pensando que puede interferir con el cargo que voy a tomar a las 18.30. Si esto fuera un Rally Dakar, les aseguro que ya rebasé los 300 km/h.    

Termina la llamada. Corro apresurado a darme una ducha. Me cambio, corro al ascensor. Reviso en el espejo algún detalle que se haya escapado. "Debería haberme afeitado" - pienso. "Es por puntaje no por facha" - retruco. Salgo del edificio y a la calle. Llego y dos o tres mujeres me acompañan. 

Me siento. Pierna inquieta, la mente ni les cuento. Espero. Pasan los minutos, empiezan a sumarse  mujeres. No sé si fui el único en entender la consigna, pero eran todas minas. Llega una señora: cartera en mano, pecho en alto, actitud sobradora. Digo: "Listo. Me voy, está vieja tiene todos los puntos". Miro la escena pero ya con ganas de irme. Entiendo entonces que solo acompaña a su hija, que parece tan perdida como yo. Sale la mujer y llama para el cargo. Somos como 10. Entramos a una oficina.

Antes de los cinco minutos estamos todos afuera. Quedo una sola. Sí, sí. Yo estaba afuera preguntando porqué había quedado ella. Le escribo a una amiga, le cuento. Me dice: "y vos que querés? La chancha, los chanchitos y la máquina de hacer chorizos??? Es la primera vez que vas".

Y sí, tiene razón. Es la primera vez que voy. Y sé, tiene razón, quería la chancha, los chanchitos, y bueno… la máquina la podemos negociar.  


5 comentarios:

  1. Leyendo el primer párrafo no me quedó claro si las expectativas sobran o no sobra. Leyendo la última frase pensé "siempre hay una primera vez".
    P/D: No dejes de escribir, yo no dejo de leerte.

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    1. Increíble tu experiencia. Ahora el jueves 28 de abril a las 09;30 me toca pasar por tu experiencia en San Julián.... Tengo unos nervios que me muero. Pero bueno hay que hacerle frente como vos lo hiciste. Así es... que hoy me confirmaron y ya estaré lista. Hermosos tus relatos. La narrativa cautiva. Mucho más cuando la haces de la misma realidad. Sos un talentoso único.

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    2. Gracias Cris! muchas gracias por las palabras y muchos éxitos para tu concurso! Un abrazo grande!

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